Creemos que la Biblia, compuesta de los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento, es la perfecta Palabra de Dios, inspirada verbalmente sin error y es la única regla de fe y práctica.
Creemos en el único y verdadero Dios, perfecto, infinito y eterno, que siempre ha existido como Trinidad: Dios el Padre, la primera persona de la Trinidad; Dios el Hijo, Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad; Dios el Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad; cada uno de ellos siendo co-iguales, plenamente Dios en toda su esencia.
Creemos que el Señor Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, es el Verbo eterno y el Hijo Unigénito de Dios, que se encarnó como hombre por el nacimiento virginal, siendo completamente y verdaderamente Dios y hombre simultáneamente, que vivió sin pecado sobre la tierra, murió verdaderamente y resucitó corporalmente al tercer día, estando ahora sentado a la diestra del Padre; y que, su vida, muerte y resurrección, siendo el sacrificio vicario del hombre, es la única esperanza de perdón para el hombre pecador.
Creemos que el hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios, pero habiendo pecado voluntariamente, el hombre llegó a ser pecador por naturaleza y volición y, por tanto, está espiritualmente muerto y separado de Dios, destinado a un infierno eterno.
Creemos que la salvación es impartida al hombre como el libre don de Dios por la gracia de Dios y recibida por medio del arrepentimiento y de la fe personal en la persona y obra de Jesucristo, sin relación al mérito o a las obras del hombre.
Creemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo, la asamblea de los salvos, que viven sus vidas cristianas creciendo en santidad por medio de una relación íntima con Dios, que se sirven mutuamente en amor y unidad y que buscan anunciar el evangelio a los perdidos, con el fin de glorificar a nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Creemos en la Segunda Venida del Señor Jesucristo, nuestra esperanza de gloria, que su venida es inminente, que ningún hombre conoce la hora de su venida, y que vendrá personalmente y literalmente para juzgar a las naciones y reinar sobre las naciones.