Seguramente los más grandes de nosotros recordamos la incertidumbre que trajo el año 2000, la noticia del fin del mundo, pensando que todos los sistemas y la tecnología iba a fallar, pero aquí estamos. Así ha sucedido a través de la historia de la humanidad que causan sensación. Recordamos también el caso del calendario Maya.
En la palabra de Dios se narra un hecho histórico de una catástrofe mundial que en realidad sucedió. En este capítulo se hacen las predicciones de que Dios iba a raer toda aquella generación por el aumento de la maldad de la humanidad. El pasaje nos narra que era mucha la maldad en los tiempos de Noé, la intención de los pensamientos del corazón de ellos era hacer solamente el mal.
Génesis 6:6-7 La condición humana en los días de Noé era tan terrible que Dios decidió terminar con la humanidad. La respuesta del hombre es volverse a Dios y recibir su gracia. Puesto que Dios no tolera la maldad y traerá justo juicio a la tierra, tú debes temer a Dios y aceptar su gracia divina.
1. Necesitas la gracia de Dios en un mundo en condenación.
(Gn 6:1-4) Hay diferentes interpretaciones sobre quiénes eran los hijos de Dios y las hijas de los hombres. Si seguimos con la interpretación de los capítulos anteriores, pensaríamos que está hablando de la descendencia de Set y la descendencia de Caín. Se ha estado comparando a estas dos generaciones, así que los hijos de Dios sería la descendencia de los hijos de Set y las hijas de los hombres serían las hijas de Caín. Satanás quiere destruir la descendencia divina para intervenir en los planes de Dios.
La otra interpretación es que, los hijos de Dios se refieren a ángeles que se mezclaron con los humanos, y que Dios envió un castigo al procrear gigantes. Sin embargo, esta interpretación es menos probable, es mejor verlo como dos generaciones representadas.
La maldad de los hombres abundó en la tierra, y por esta razón Dios envió un juicio catastrófico que terminaría con toda la maldad (Gn 6:6-8, 11-13). Todas estas frases enfatizan la terrible condición de la humanidad. Dios es justo, santo y castiga el pecado, la consecuencia del pecado es muerte. El hombre es malo, y hemos visto a través de estos capítulos cómo la maldad va aumentando. Vemos cómo se da esta profecía de que Dios terminará con todo.
Génesis 6:8 Necesitamos la gracia en un mundo de condenación. La gracia de Dios resplandeció en un mundo de tinieblas, en su soberanía él extendió su gracia a través de una familia para poder cumplir su promesa de enviar a un salvador. Génesis 6:9 Noé no fue sólo salvo por lo que él hizo, sino que tuvo que poner su fe en el Dios que era el único que podría salvarlo de la condenación de un mundo perverso.
Génesis 4:26 Nos dice de la generación que invocaba el nombre del Señor, en Hebreos 11:7 vemos que Noé fue salvo por la fe, pues fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Si Dios no interviene, el hombre está perdido. Hoy en día no es diferente, hay un juicio por el pecado y necesitamos de la gracia de Dios.
2. Camina con Dios en un mundo en condenación
Génesis 6:9-13 ¿Cuál debe ser nuestra actitud al mundo en el que estamos viviendo? En una generación condenada podemos aún caminar con Dios. Necesitamos la gracia de Dios que nos transforme aun viviendo en un mundo de maldad. El Señor Jesús oró para que no nos quitara del mundo, sino que nos guardara del mal.
Filipenses 2:15 Caminar con Dios significa vivir una vida justa, íntegra y apartada del mal. Somos hijos de Dios en medio de una generación maligna y perversa. Cuando la maldad abunda nosotros podemos resplandecer siendo la diferencia, viviendo en santidad, apartados del pecado y practicando una vida santa por medio de Jesucristo.
Otro aspecto de caminar con Dios es obedecer su palabra. Dios le reveló a Noé sus planes de juicio sobre la tierra (Gen 6:13). Después el Señor da las especificaciones de cómo puede ser salvo al construir el arca y poder reiniciar de nuevo con sus planes de redención. Noé obedeció a todo lo que Dios le mandó (Gen 6:22).
Requería fe obedecer la palabra del Señor, le llevó 120 años estar construyendo el barco en el cuál serían salvos. Hebreos 11:7, 2 Pedro 1:19 Sabemos que las promesas de Dios se cumplen, nosotros debemos obedecerla por la fe.
Noé obedeció la Palabra, pero también predicó de la Palabra. Primeramente, lo hizo a su familia para que ellos también pudieran ser salvos (Gen 6:18). Dios le comunicó a Noé este mensaje, él obedeció y lo compartió a su familia. 2 Pedro 2:5.
Podemos aprender que la palabra de Dios es confiable, es verdad. Las predicciones del juicio venidero se cumplieron. El castigo de Dios fue anunciado y se cumplió. Dios también ha dicho que va a castigar el pecado (Hch 17:31), él castigará al mundo por su maldad, y cada persona va a dar cuenta por sí misma delante de Dios.
Dios no tolera el pecado, él dijo que su espíritu no contendería para siempre con el hombre, el hombre pecador no puede habitar ante Dios (Sal 5:4). El plan de Dios era tener comunión con el hombre y le preparó un lugar especial pero el hombre se rebeló y vino la caída a este mundo. Dios castigará la maldad, pues no hay cosa cubierta delante de Dios sino todas las cosas están desnudas y abiertas ante aquel que daremos cuentas (He 4:13).
Sin embargo, Dios extiende su misericordia, y esa gracia está disponible para toda persona. Dios fue misericordioso para con Noé y su familia, así Dios quiere salvarnos de un juicio venidero que viene para toda la humanidad (Tit 2:11). El camino de salvación es a través de Jesucristo y Dios extiende su gracia a través de él (Hch 16:30-31). La única esperanza para el hombre en condenación es arrepentirse y creer, poner su fe en Jesucristo.
El fin del mundo viene (2 Pe 3:13-14) y nosotros debemos estar preparados.
Vemos estas historias de cómo los antiguos transmitían su fe a la siguiente generación, de cómo ellos se debían acercar al Señor. Vemos a Caín y Abel ofreciendo sacrificios, uno aceptado y otro rechazado. Vemos estas generaciones que invocaban el nombre del Señor. Esto nos enseña que tenemos mucho que hacer como padres o abuelos con la generación joven, debemos transmitir la fe ya que vivimos en una generación maligna y perversa, para que ellos también experimenten la fe en Jesucristo.
Que Dios nos ayude a vivir como luminares en este mundo de maldad.