Una de las razones de estudiar la historia es ver a eventos del pasado que podemos reconocer, que nos ayuda a no cometer los mismos errores del pasado y tomar mejores decisiones para el presente y el futuro. En este pasaje el salmista nos está recordando la historia del pueblo de Israel, él reconoce la fidelidad de Dios para un pueblo infiel. En una manera de poesía, parábolas e historia, el salmista le recuerda al pueblo la historia del pasado, la fidelidad de Dios y la infidelidad de Israel.
En los primeros once versículos sirven como una introducción. El salmista comienza llamando a las personas a «escuchar» (Sal 78:1). El pueblo judío necesitaba escuchar las enseñanzas y pasar las enseñanzas de la ley de Dios a la siguiente generación. La enseñanza era sobre las cosas que habían sucedido en la antigüedad (Sal 78:4).
En este contexto, nosotros como padres tenemos una gran responsabilidad. La educación debe iniciar en casa, tenemos una gran responsabilidad de asegurarnos que nuestros hijos conozcan a Dios. Si nosotros ya conocemos al Señor ahora debemos comunicar ese conocimiento a sus hijos, para que ellos también, cuando tengan sus propios hogares puedan comunicar acerca de este Dios fiel a la siguiente generación.
La educación secular se enfoca en los procesos evolutivos, el pensamiento humano es hacer a un lado a un Dios al que deban dar cuentas. También tenemos el movimiento gay, que va en contra del diseño de Dios que es un reflejo del rechazo al gobierno de Dios.
Es nuestra responsabilidad enseñar «No las encubriremos a sus hijos». ¿Cómo sabemos la verdad? La Palabra es la revelación de la verdad de Dios. ¿Dónde está este testimonio? (Sal 78:5-6) La revelación se centra en la ley, el fin de enseñar la ley de Dios es que las personas pongan en Dios su confianza, no se olviden de la ley y guarden sus mandamientos.
Sal 78:8 Dios es un Dios fiel, pero nosotros en respuesta a esto deberíamos ser fieles también a él. Pero lamentablemente nuestro corazón es infiel, somos rebeldes y pecadores. Este salmo nos hace un recordatorio de cómo los padres israelitas no dispusieron su corazón para el Señor (Sal 78:8). En este punto de la historia se pone de ejemplo al pueblo de Israel, vemos cómo reaccionaron aun cuando vieron la fidelidad y las maravillas de Dios.
En dos bloques mayores vemos un recuerdo de los eventos: Sal 78:12-39 Desde que salieron de Egipto hasta la tierra prometida. Vemos la manifestación de la gracia de Dios, la rebelión del pueblo, el juicio de Dios y nuevamente la manifestación de la gracia divina. Vemos este ciclo en la relación de Dios con su pueblo. El versículo 39 nos presenta otro recuento hasta el 72 del mismo ciclo en el que habían caído los israelitas
El primer ciclo comienza hablando de las maravillas que Dios hizo en Egipto (Sal 78:12-16). Aún en el desierto Dios les cuido, pero el pueblo se rebeló y se quejó contra Dios (17-20). La respuesta de Dios a la reacción del pueblo; Dios es un Dios de amor, pero también es un Dios de juicio que castiga el pecado (Sal 78:21-32). Dios contestó la necedad de ellos, ya que los israelitas cuestionaban la bondad de Dios, y responde al darles comida, pan, codornices, etc. Dios entonces les castiga.
Recordemos que este capítulo es didáctico al recordarnos que los padres israelitas actuaron mal, estas historias tienen que ser contadas a las siguientes generaciones para no cometer los mismos errores. Nuestra responsabilidad es contar a nuestros hijos la Palabra de Dios; debemos estar cerca de la palabra de Dios recordando quién es Dios y comunicar esas verdades.
Sal 78:33-39 Vemos nuevamente la manifestación de la gracia divina. Cuando fueron castigados, los israelitas se volvían a Dios y buscaban su misericordia. Sin embargo, este arrepentimiento era superficial (Sal 78:36), pero sus corazones no se habían vuelto realmente a Dios.
Jesús dijo que del corazón salen las cosas malas, el corazón es engañoso. Necesitamos un cambio de corazón, venir a él en arrepentimiento y creen en que Dios puede transformar nuestras vidas. Sólo Dios puede hacer esta obra que inicia en nuestro interior.
Del verso 40 en adelante encontramos nuevamente el mismo ciclo de caída, castigo, arrepentimiento y gracia, pero ahora lo encontramos en el periodo posterior a Egipto hasta la tierra prometida. Sal 78:52-55 Dios los llevaría a la tierra santa donde él les daría descanso.
Sal 78:67-72 Al final, el salmista hace la mención de David, y es probable que este salmo fuera escrito en los tiempos de David quien guio al pueblo en su tiempo. Sin embargo, el rey David también pecó y fue débil, él también necesitaba redención.
Sin embargo, hay un buen pastor, que es conforme a la integridad de Dios y que nunca pecó, ese buen pastor es Jesucristo, el rey de Israel, coronado y levantado como rey, sin embargo, en una cruz y con una corona de espinas.
Juan 10:1-11 Jesús es el buen pastor, como su rebaño podemos depender de él sabiendo que nunca nos va a abandonar. Nos guiará por sendas de justicia, debemos escuchar su voz y él nos guiará al lugar de descanso donde no habrá más llanto, ni tristeza, ni dolor, ni hambre. Debemos entrar por la puerta, ser parte del rebaño del Señor.
Jesús es el único que puede solucionar el problema del corazón rebelde. Dios cargó en él el pecado de todos nosotros, tomó nuestro lugar para que nosotros podamos vivir (Jn 10:17-18). El buen pastor puso su vida para darnos vida abundante. Necesitamos el buen pastor que es el Señor Jesús.
Nosotros entonces, debemos valorar la ley de Dios y la palabra de Dios, la iglesia es el lugar donde aprenderemos quién es el verdadero Dios fiel y amoroso que quiere lo mejor para nuestra vida. Como padres también, nuestra gran responsabilidad es compartir estas cosas a nuestros hijos y nietos, para que ellos también tengan esta esperanza y que no olviden sus obras.
Que el Señor nos ayude a ser fieles a él.