¿Qué sucedería si hoy a usted le dijeran que le acaban de descubrir un cáncer en etapa final y le queda muy poco tiempo de vida? Tratemos de ponernos en esta situación por un momento.
Pablo está escribiendo esta carta en la etapa final de su vida y ministerio. Y las últimas palabras de un hombre que está a punto de morir pueden ser las palabras más importantes, y pueden revelar mucho de lo que hay en el corazón de dicha persona.
Pablo había sufrido mucho por causa de Cristo, sin duda él ya había sido encarcelado en varias ocasiones pero su estadía en esos lugares había sido breve (En Filipos con Silas). Sin embargo después de sus viajes misioneros Pablo fue encarcelado y llevado a Roma. Este fue el primer encarcelamiento Romano, y en realidad no estaba en un calabozo, era más como un arresto domiciliario (Hechos 28:30-31).
Es desde este lugar que escribe las Espístolas de la prisión (Filipenses, Colosenses, Efesios & Filemón). Y en estas cartas vemos su ánimo y esperanza de salir de aquel lugar (Fil 1:19). Y parece que así sucedió. Pablo fue liberado para continuar con su ministerio.
Sin embargo históricamente sucedió algo. En Julio del año 64, hubo un gran incendio en Roma, y el pueblo se quejó contra el gobierno y criticó grandemente a Nerón por no haber hecho nada al respecto, fue entonces que Nerón, para desviar las críticas culpó a los cristianos de haber causado aquel siniestro. Es así como el cristianismo comenzó a considerarse como una religión peligrosa y extremista, al punto que se dictó como ilegal.
Parece que fue en este contexto de persecusión en el que Pablo nuevamente fue encarcelado, pero ya no fue con los mismos privilegios, parece que ahora está en una celda fría y oscura (2 Ti 2:9; 4:13). (ILUSTRACIÓN: El cobertor) Y es desde este lugar donde Pablo escribe 2 Timoteo, esta sería la última carta que él escribiría.
A diferencia de su primer encarcelamiento Romano, ahora Pablo sabe que su muerte es inminente (2Ti 4:6). Y al estar en este punto final de su vida, Pablo revela mucho de su corazón. Por esta razón, esta es una de las cartas más personales, y lo que nos revelan del corazón de Pablo es dónde está puesta su esperanza. Su esperanza no está en las personas, porque las personas nos van a decepcionar (2 Ti 4:16), su esperanza no está en que las circunstancias puedan cambiar, su esperanza está en Cristo (2 Ti 1:12, 4:16-17).
La esperanza de Pablo no está en las personas, o las circunstancias, su esperanza está en Cristo
Esta mañana quisiera estaremos comenzando una serie sobre la carta de 2 de Timoteo, y quisiera que viéramos un panorama general, pero no un panoráma técnico de secciones y divisiones de la carta, sino una vista general al corazón de Pablo al final de su vida y ministerio.
¿Cómo es que la esperanza y confianza que Pablo tenía en Jesús le guió en cada etapa de su vida? ¿Qué fue lo que distingió a Pablo hasta los momentos finales de su vida?
I. Vivir por Cristo
La confianza de Pablo en Jesús le motivaba de tal manera que él estaba dispuesto a vivir para Cristo y para los demás.
Al final de su la vida de Pablo ¿qué es lo que más le preocupa? No es su propia vida, no es su situación, no es ver la manera de librarse de la muerte; lo que más le preocupa es su discípulo Timoteo, por eso le está escribiendo esta carta (1:6-8; 2:1; 3:1-2; 4:1-2). Pablo tiene algo claro (2 Ti 2:9). Y él se encarga de animar al jóven Timoteo a seguir su carrera y a esforzarse en la gracia
¿Ves lo que está pasando? al final del ministerio y la vida del apóstol Pablo, su ministerio no se está terminando, no se está encogiendo sino que se está expandiendo. Pablo entiende que todos somos pasajeros y temporales. Él sabe que aunque él va de salida, detrás de él viene una generación que va a continuar tomando la estafeta y llevando el mensaje.
La mentoría es una relación de desarrollo personal en la cual una persona más experimentada o con mayor conocimiento ayuda a otra menos experimentada o con menor conocimiento a crecer en su vida espiritual. La persona que recibe la mentoría se le conoce más comúnmente como discípulo o aprendiz. ILUSTRACIÓN: Couch de vida.
Todos los creyentes somos llamados a ser discípulos que hacen más discípulos. Y el discipulado es mucho más que una clase a la que venimos, es más que leer un libro o llenar unas líneas en blanco, el discipulado se trata de ser el mentor de alguien más, de ayudar a otros a conocer más a Jesús y a ser como él. Debemos ser discípulos que hacen discípulos. Pablo exhorta a Timoteo a continuar con esta cadena: 2Ti 2:2 «Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.»
Pero el discipulado no es algo que sólo se hace en la iglesia, comienza desde casa, con los más cercanos: 2 Ti 1:5 «Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también». Quizá se trata de sus hijos, o un vecino
Los Timoteos necesitan de sus Pablos. La mejor manera de vivir tu vida para Cristo es vivir para servir a otros. En Filipenses 1, después de que Pablo dijera «Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia…» ¿sabe lo que dice el siguiente versículo? «Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros». (Flp 1:21-24)
¿Estás viviendo para Cristo? Esto es duro, porque estamos acostumbrados a vivir para nosotros, a preocuparnos por nuestros problemas, a ver por nuestras necesidades. Pero cuando vemos a Cristo nos damos cuenta que «El hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mar 10:45).
Pablo tenía su confianza en Cristo y eso lo llevo a vivir por Cristo y para otros, pero en segundo lugar, vemos su disposición de
II. Sufrir por Cristo
Pablo va a recordarle a Timoteo que seguir el camino de Cristo le va a llevar por la senda del sufrimiento. 2 Ti 1:8, 2:3, 4:5. Ahora, debemos tener cuidado cuando hablamos del sufrimiento, hay tres clases de sufrimientos que experimentamos; primero, podemos sufrir por vivir en este mundo caído (injusticias, delincuencias, enfermedades); segundo, podemos sufrir como consecuencia del pecado en nuestra vida y malas decisiones (embarazos no deseados, matrimonios separados, consecuencias de un vicio o hábito pecaminoso); en tercer lugar podemos vivir por hacer la voluntad de Dios (rechazo de las personas, burlas o la muerte)
Muchas veces cuando pensamos en la idea de sufrir por Cristo, lo vemos como algo que pasaba en la antiguedad, con las personas de la Biblia. Pero es algo que pasa aún en nuestros días. En una ocasión el hermano Héctor García dijo que «la libertad que disfrutamos en nuestro país no es la norma para el cristianismo sino que es la excepción». A veces pensamos que porque nosotros disfrutamos de libertad religiosa y libertar para hablar de nuestra fe, creemos que así es en todo el mundo. Sin embargo cuando miramos más allá de nuestras fronteras, podemos ver lo que sucede a aquellos que quieren seguir a Cristo en otros países.
The Center for Study of Global Christianity, realizó una estadística donde estima que cada seis minutos, un cristiano ha sido asesinado en el último año. Esta misma institución considera que alrededor de 500 millones de cristianos en el mundo, no pueden profesar su fe de forma totalmente libre (4 veces la población de nuestro país). El director del Centro de Estudios Sobre las Nuevas Religiones subraya que los cristianos son el grupo religioso más perseguido en el mundo. Esta es la misma conclusión a la que llega el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2016, que señala que uno de cada seis cristianos en el mundo vive en países con persecución religiosa.
Cuando vemos el panorama mundial del cristianismo nos damos cuenta que el llamado a sufrir por Cristo no es anticuado sino relevante, sobre todo para los más de 500 millones de creyentes que viven en países hostiles al cristianismo.
Pablo quiere animar a Timote, no desanimaro, él quiere que Timoteo tome en serio su fe, y esté firme cuando venga la oposición. Pero nosotros también somos llamados a tomar nuestra cruz y seguir a Cristo. 2 Timoteo 3:12 «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» La Biblia nos enseña que cuando queremos tomar en serio nuestro andar con el Señor, encontraremos cierto grado de oposición, oposición externa e interna. ¿Por qué alguien escogería el sufrimiento? ¿Porque seguir a Cristo, si eso me va a traer más problemas? (2 Ti 2:11-12a) Este es el camino angosto que lleva a la vida, no hay otro camino.
III. Esperar en Cristo
1 Ti 4:5-8, el cristiano ve la muerte, el futuro y la eternidad con esperanza. 4:18 Pero ¿Cómo se alimenta esa esperanza? Conociendo a Cristo cada día más. A parte del capote para el frío ¿qué es lo que Pablo está pidiendo? (2 Ti 4:13) Los libros de estudio y los pergaminos de la Biblia. ¿Qué es lo que quiere hacer Pablo en los últimos minutos de su vida? seguir aprendiendo y conociendo al Salvador. La esperanza se alimenta con el conocimiento del Señor, y ese conocimiento nos lleva a evaluar las cosas espiritualmente.
Flp_3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
La carta nos presenta en Pablo un modelo de cómo el creyente debe enfrentarse al futuro y a la muerte. El creyente ve la muerte y la eternidad con esperanza. 1Co 15:55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?» Cristo la venció en la cruz, y porque él vive, nosotros también viviremos.
Porque el Señor es nuestra confianza, nosotros también podemos vivir por Cristo, sufrir por Cristo y morir por Cristo