Pecado, juicio y gracia

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Al final del capítulo 2 podemos ver al hombre disfrutando de la creación asombrosa de Dios. Comían «todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer» (Gn 2:9). También vemos cómo el hombre se deleitaba, no sólo en la creación de Dios, sino en el Dios de la creación. Había una relación tan cercana y personal con el creador que se reflejaba en la relación tan íntima y pura que había en el matrimonio de la primera pareja (Gen 2:25).

¿Cómo es que algo tan maravilloso y perfecto se convirtió en el mundo tan doloroso en el que vivimos? La respuesta la encontramos en el capítulo 3 de Génesis. La palabra Génesis significa «origen» o «principio», y el primer libro de la Biblia se llama de esa manera porque nos relata cómo tuvo origen todo lo que conocemos, esto implica que también encontramos el origen de la maldad, el sufrimiento, el dolor y la muerte.

El capítulo 3 comienza con la palabra «pero». Todo era perfecto, pero había algo ahí que estaba fuera de lugar, había un animal diferente, era un ser astuto y engañoso vestido de serpiente. Aunque Moisés no nos dice que la serpiente es Satanás ¿Cómo sabemos que fue él? Mire lo que dice Apocalipsis 12:9: «Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él». (Ap 12:9)

¿Por qué cree que Eva no se sorprendió de escuchar a un animal que hablaba? Quizá porque todo para ella era nuevo, como un bebé que está comenzando a conocer el mundo. Así que para ella quizá Dios también había hecho animales que hablaban. Esta serpiente se presenta como alguien que conoce a Dios para poder ganar la confianza de Eva y después dar su golpe mortal.

El día de hoy veremos 5 aspectos de la caída que nos ayudan a entender por qué estamos como estamos, también cómo nosotros caemos en nuestra lucha contra el pecado y cómo la gracia de Dios obra para darnos esperanza, en medio del caos y el dolor.

1. La tentación

Cuando vemos la pregunta que hace la serpiente, de primera instancia notamos que ni siquiera es correcta (3:1), Dios nos les había dicho que no podían comer, de hecho, Dios les había dicho todo lo contrario (Gen 2:16-17). Lo que está haciendo satanás es enfocarse en la restricción, para hacer creer a Eva que Dios es un Dios malo, como si todo lo que Dios dijera fuera «No». La serpiente ataca primero nuestra confianza en la bondad y misericordia de Dios, cuando tú dejas de creer que lo que Dios quiere es bueno para ti, eres presa del pecado y el error.

A pesar de esto, Eva pudo detectar que la información que tenía la serpiente era incorrecta, el problema es que en vez de cortar la conversación ahí, dio pie para que la serpiente siguiera hablando. (Gen 3:2-3) La respuesta de Eva revela que ellos tenían un entendimiento claro de la indicación que Dios les había dado, sin embargo, vemos que menciona algo que Dios no dijo: «ni le tocaréis» (Gen 2:17). Es probable que, tras la indicación de Dios, ellos se habían puesto un límite más alto para evitar desobedecer a Dios, la intención era buena pero no pudo evitar que cayeran en pecado.

Esto se llama legalismo, cuando nos ponemos reglas con la intención de no desagradar a Dios, el problema es que podemos confiar tanto en esas reglas que a veces las ponemos al nivel de las leyes de Dios. Pablo enfrentó esta situación en la iglesia de Colosas y escribió en Colosenses 2:20-21: «tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne».

La serpiente continuó respondiendo a Eva, ya no con una pregunta, sino con una aseveración (Gen 3:4-5). Podemos notar varias cosas aquí, lo primero es que todo lo que la serpiente dice va en contra de lo que Dios, contradice constantemente a Dios; pero también notamos que satanás tienta a Eva de la misma manera en la que él había pecado. Satanás había sido desterrado del cielo porque él quería ser como Dios: «Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo». (Isa 14:13-15)

Esto es la esencia de la tentación, es la búsqueda de una vida independiente de Dios. Es hacer lo que uno quiere hacer. El hombre dependía de Dios para interpretar el mundo que le rodeaba. Lo que Satanás les dice es que ya no tienen que depender de Dios para decirles lo que tienen que hacer, o para saber lo bueno y lo malo. Pero tarde o temprano descubrimos, como aquel hijo pródigo, que lejos del Padre, nunca nos irá bien.

2. El pecado

Lo que notamos ahora es que la actitud de Eva hacia la única prohibición de Dios había cambiado. Antes pensaba que eso era algo que no debía ni siquiera tocar, ahora ya no lo ve como algo tan malo, porque lo que la serpiente hace es ocultar las consecuencias y enfocarse en los beneficios, el deleite o el placer del pecado. Es lo mismo que hacemos cuando vamos a pescar, ponemos una carnada en el anzuelo, la introducimos de tal manera que lo que el pez ve no es la punta aguda de un metal que va a traspasar su boca, sino el rico y delicioso manjar de un jugoso gusano que se puede comer.

Eva ahora ve el árbol con ojos diferentes, ya no como algo que no debe hacer, sino como algo bueno, agradable y codiciable. Ella lo ve, lo toma y lo come, pero no se queda ahí, sino que lo da también a su marido. Una pregunta ¿no fue Adán quien recibió la indicación directa de Dios de no comer del árbol? Adán no fue engañado por la mujer, él conocía el fruto y sabía perfectamente lo que hacía, su desobediencia fue descarada y abierta. Él hizo lo que su esposa le dijo, aun cuando sabía que iba en contra de Dios. La mujer fue engañada, pero Adán pecó con pleno entendimiento de que lo que lo que hacía estaba mal.

Fue en ese momento que el anzuelo había traspasado sus almas, sus ojos fueron abiertos y se dieron cuenta que estaban desnudos. Esa relación sincera y pura que tenían, se había perdido (Gen 2:25). Esa intimidad y confianza que tenían el uno al otro estaba corrompida, y lo primero que hicieron fue intentar cubrir su pecado, tapar su vergüenza y sentir la pesada carga de haber desobedecido a Dios.

Eso es lo primero que hacemos cuando pecamos, intentamos cubrir lo que hemos hecho para que otros no lo noten, borramos conversaciones o el historial de navegación, decimos una mentira para cubrir alguna acción, escondemos, tiramos, quemamos, hacemos lo que sea para que sea para que nadie note lo que hemos hecho. Sin embargo, Dios lo sabe, Dios sabía lo que su creación había hecho, y es en ese momento que él entra en escena.

3. Los efectos

No sólo la intimidad y confianza de la relación matrimonial se había perdido, sino que la relación de Dios con el hombre estaba quebrantada. Antes el hombre gozaba de una intimidad con Dios, quien se paseaba en el huerto y hablaba con Dios, pero ahora el hombre ya no tiene esa confianza, sino que se esconde de la presencia de Dios (Gen 3:8). Mire todos los efectos que el pecado había causado, podemos verlos como consecuencias inmediatas o naturales de la desobediencia de Dios, el hombre pierde esa confianza de hablar con su creador, y ahora tiene miedo y vergüenza (Gen 3:9-10).

Algo interesante que podemos notar en este punto es que Dios no va por el huerto buscando a Eva, él sabe que ella fue quien permitió todo esto desde el principio (no estoy diciendo que no tenga culpa); Dios llama al hombre, porque Adán es el responsable, el que debía liderar la vida espiritual de su familia. De hecho, su responsabilidad en este acto de rebeldía es tan grande que, no recordamos el pecado original como algo que hizo Eva, sino que nos referimos a él como el pecado de Adán. Él había perdido su liderazgo. De la misma manera, nosotros como hombres tenemos la responsabilidad de cuidar y guiar a nuestra familia, y un día Dios nos va a pedir cuentas por lo que hicimos.

Es interesante que todo lo que Dios dice aquí son preguntas. Cuando Dios hace preguntas no es porque él no sepa o necesite recibir nueva información, él es el Dios omnisciente; sus preguntas tienen dos sentidos, el primero es hacer consciente al hombre y la mujer de lo que habían hecho, y el segundo es darles la oportunidad de confesar y reconocer su pecado.

Pero vemos otro efecto del pecado, el hombre no quiere reconocer su responsabilidad, sino que vemos esa tendencia natural de culpar a otros por lo que hacemos, culpar a las circunstancias o a otras personas (Gen 3:11). Vemos esta cadena donde el hombre culpa a la mujer y la mujer culpa a la serpiente.

4. El juicio

El juicio de Dios comienza de abajo hacia arriba. Primero emite un juicio contra la serpiente y lo hace en dos sentidos, el primero tiene que ver con el animal mismo (Gen 3:14) y el segundo tiene que ver con satanás mismo (Gen 3:15). El segundo juicio es contra la mujer y también es pronunciado en dos sentidos, primero con la consecuencia del dolor al momento de dar a luz una nueva vida, La maternidad originalmente debía de ser un logro del propósito de Dios lleno de gozo y de felicidad, pero ahora estaría acompañado de dolor y de tristeza. El segundo sentido es en su relación con su esposo, lo que Dios hace con esta frase es enfatizar la cadena de autoridad establecida en la creación: Dios – hombre – mujer, y la lucha constante que la mujer tendría para ir en contra de este orden, luchando por querer tomar el control, la autoridad y la independencia del hombre y de Dios.

El tercer juicio es contra el hombre. La frase: “Por cuanto obedeciste la voz de tu mujer”, se presenta casi como un reclamo por haberla escuchado a ella antes que a Dios. La tierra que debía ser sometida a la autoridad de Adán ahora sería maldita por causa de su rebelión. La frase: “Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” describe la magnitud de su desobediencia.

Al final vemos un juicio que implican a todos, Dios había dicho que si desobedecían iban a morir, y la muerte física sería una consecuencia que ellos enfrentarían (Gen 3:19). (Gen 3:22) Al parecer antes de esto el hombre era inmortal porque tenía acceso al árbol de la vida, recuerde que Dios les permitió comer de todos los árboles del huerto menos del árbol del bien y del mal. Eso implica que ellos gozaban de vida eterna pues comían de este árbol. Lo que Dios hace es restringir al hombre del acceso al árbol para que no viva para siempre con la maldición del dolor y el pecado.

Y algo que notamos, es que, a pesar de la severidad del juicio de Dios sobre la raza humana, podemos ver la gracia en medio del juicio.

5. La gracia

2 Pedro 2:4 nos dice que «Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio». ¿Qué hizo Dios cuando sus criaturas en el cielo se rebelaron? Dios trajo juicio y condenación y no hubo para ellos esperanza ni salvación. Así que cuando llegamos a Génesis 3 ¿qué esperaríamos que hiciera Dios? ¡Lo mismo! Él podría haber condenado al hombre por la eternidad y eso sería el castigo justo, pero a diferencia de los ángeles, vemos algo diferente.

Génesis 3:15 Encontramos el primer evangelio, o las primeras buenas noticias. El término «simiente» se va a utilizar en el libro de Génesis para hablar de la descendencia de la mujer, y después se aplicará a la descendencia (descendientes) de Abraham. En contraste vemos a la «simiente de la serpiente», que se refiere a la humanidad rebelde que ha sido guiada por satanás para rebelarse contra Dios. Así que esto es importante, es la noticia de que un día vendría un hijo de la serpiente que aplastaría y derrotaría a satanás, a la muerte y el pecado. Esta es la narrativa de todo el libro de Génesis y en general de todo el Antiguo Testamento, vamos a ir viendo las dos simientes e intentando descubrir por donde vendrá el salvador, la simiente prometida.

En el versículo 21 vemos también otro indicio de la gracia de Dios en medio del juicio. El hombre y la mujer habían intentado cubrir su pecado a su propia manera, tejiendo hojas, sin embargo, Dios les enseña que ellos no pueden cubrir su pecado, que Dios es el único que puede cubrir su pecado. Es en ese momento que Dios les hace túnicas de pieles ¿de dónde sacó pieles? un animal tuvo que morir. Recordemos que ellos no sabían lo que significaba la muerte, así que imagine el impacto que les causo ver a ese animal perder la vida, y ser conscientes de que eso mismo les iba a pasar.

Quisiera terminar mencionando cómo todo lo que encontramos aquí apunta a Cristo. Esta es una perspectiva teniendo ya el Nuevo Testamento:

– Jesús es el segundo Adán que vino para hacer lo que el primer Adán no pudo hacer:
» Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque, así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos». (Rom 5:17-19).

– Que, así como aquel animalito perdió su vida para cubrir el pecado y la vergüenza del hombre, Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y todo aquel que cree y confía en él es cubierto con su justicia y vestido con su gracia.

– Jesús, es la simiente que vino de la mujer. En la cruz, satanás y sus descendientes hirieron a Jesús, pero a través de su muerte y resurrección, Jesús dio un golpe mortal venciendo a satanás, el pecado y la muerte.

– Jesús es el árbol de vida. En Juan 15:1 Jesús se refirió a sí mismo como la vid verdadera e invitó a las personas a que comieran de él para poder tener vida. Juan 6:54: «El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero». Esta era una invitación para conocerlo y disfrutar de una comunión con él.

El pecado trajo consecuencias, hoy vivimos en un mundo roto por causa de nuestro pecado. Sin embargo, Dios es un Dios de gracia, y toda la historia de la Biblia se trata de cómo Dios va a obrar para restaurar todas las cosas as un estado superior al original, y cómo él va a hacer esto a través de su Hijo Jesucristo.

Un día él va a hacer un cielo nuevo y una tierra nueva, y ahí estará la ciudad de Dios, y en medio de esa ciudad ¿sabe lo que encontraremos?

– Ap 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
– Ap 22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
– Ap 22:14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

Aunque el acceso al árbol de la vida fue restringido, un día todos aquellos que confían y aman a Dios, disfrutaran de la vida eterna con él por los siglos de los siglos.

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